La ruta 66 es un gran mito para todos los viajeros, amantes de Estados Unidos y moteros del mundo. Sin embargo, hace un año vimos un reportaje en la tele en el que se veía como en buena parte del recorrido no había gran cosa a ver. Por eso, cuando nos planteamos hacer un road trip por Estados Unidos, descartamos la opción de la ruta 66. El coast-to-coast nos ofrecía más contrastes y paisajes míticos y nos daba la oportunidad de ver los grandes landmarks americanos: el Grand Canyon, Yosemite y Sequoia Parks, Monument Valley, el jazz de Nueva Orleans, las costas de Florida…
Si haces un road trip por la costa oeste de Estados Unidos debes saber que entre Las Vegas y el Grand Canyon hay un buen tramo de casi 2 horas de ruta 66. Probablemente no sea el mejor tramo a ver, pero es curioso cómo un número de carretera puede motivarte todo el itinerario de ese día.
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Itinerario que aconsejo seguir de Las Vegas al Grand Canyon:
1. Pasar por la mítica Hoover Dam, que a parte de ser una presa impresionante, es la frontera entre Nevada y Arizona. Calma y paciencia en este tramo, pues es habitual hacer colas por los controles de aduanas (sí, en algunos controles hay que pasar controles; en este caso, proviniendo de Las Vegas ya os podéis imaginar por qué). Disfruta del paisaje desde el coche mismo o desde alguno de los varios puntos de parking que hay para tomar fotos y hacer la visita guiada.
Kingman será la ciudad más grande que vas a atravesar durante el día así que si necesitas provisiones, es un buen momento, ya que durante las próximas 90 millas prácticamente no habrá nada (y lo bonita que puede llegar a ser la «nada» cuando se trata de la ruta 66!). Encontrarás muchos hoteles y moteles, resturantes y bares, e incluso un museo de la Route 66. En la oficina de Turismo pueden informarte sobre todo esto. Sin embargo, si todavía no tienes mucha hambre, te aconsejo que sigas hasta llegar a Seligman (pero cuidado: son 90 millas más!).
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3. En el tramo específico de carretera 66 entre Kingman y Seligman no hay gran cosa, pero son 90 millas de auténtica Arizona: tierra árida, arbustos y cactus, moteles, trenes larguísimos de mercancías que pasan justo al lado de la carretera e incluso si te desvías de la carretera principal es posible encontrar carreteras sin asfaltar y alguna vaca perdida pastando por el camino.
Ah, por cierto, cuando fuimos nosotros había una publicidad muy ingeniosa a lo largo de ese tramo de ruta 66 a base de carteles: eran mensajes directos para los conductores y estaban cortados en 4 ó 5 carteles distintos separados varios metros entre ellos para que pudieras leer el mensaje sin tener que parar el coche. La publicidad era de una conocida marca de afeitado (Burma-Shave) y tenía mensajes incomprensibles para los no autóctonos, por lo que acaba diciendo (en los últimos carteles) que si no lo estabas entendiendo «es que no llevabas mucho tiempo recorriendo la ruta 66». Muy ingenioso, sí señor.
4. Parada obligada en la casa-tienda-museo de Hackeberry. No hay que entrar en el pueblo, la vais a encontrar en medio de la carretera, en medio de la nada. El propietario se ha hecho su propio museo particular de souvenirs y cosas varias de la ruta 66: desde un coche típico, hasta una antigua gasolinera, pasando por los típicos carteles, posters, imágenes antiguas y un sinfín de curiosidades sobre la mítica carretera. Aquí vimos que no sólo los guiris adorábamos la 66; los autóctonos la veneran! por algo será The Main Street of America (La calle principal de América)!
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5. El propietario de la tienda de Hackeberry nos aconsejó que comiéramos en el Lilo’s Café, en Seligman. Y yo desde mi blog os lo vuelvo a recomendar. Sin exagerar, probablemente las mejores hamburguesas que probamos en todo el mes! Lilo’s es uno de esos Cafés americanos auténticos: decoración antigua pero muy cuidada, gente en la barra comiendo, las camareras te sirven café con una cafetera y la comida es deliciosamente americana: platos combinados enormes que sólo los más golosos podrán terminarse y no rebentar! Buen precio y excelente calidad. No es de extrañar que en su cartel indiquen que «5 de cada 4 personas paran a comer en Lilo’s»!
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6. En Seligman puedes volver a recuperar la autopista, que te llevará rápidamente hasta Williams, y de allí la Highway 64 hasta el Grand Canyon. De nuevo, tómatelo con calma, pues todavía faltan unas 2 horas de viaje y pueden hacerse eternas si tienes en cuenta que estás tan sólo a 100 millas de una de los paisajes más impresionantes del mundo. (Piel de gallina + nervios!!!)
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Echa un vistazo a nuestra ruta: Roadtrip Estados Unidos