Cuando pensamos en Málaga seguramente a muchos nos viene a la cabeza esa imagen de «sol y playa»… lo cual no es equivocado si nos referimos a la provincia de Málaga y la famosa Costa del Sol. Sin embargo, la ciudad de Málaga en sí, es mucho más que eso; su centro histórico, su oferta cultural y de arte y su arraigada gastronomía y tradición hacen que Málaga sea una muy buena opción de turismo urbano para un fin de semana de escapada 🙂
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2 ó 3 días en Málaga. ¿Qué visitar?
¡El centro histórico de Málaga es precioso! Callejuelas con encanto, tiendas locales de toda la vida, edificios monumentales que se cuelan en cualquier esquina, plazoletas llenas de terrazas y flores; flores por todos lados! No hay nada como dar una vuelta por los alrededores de la plaza del Obispo, la Catedral de la Encarnación, el museo Picasso, la calle Larios y la calle Granada. Mi recomendación: perderse por las callejuelas para acabar descubriendo auténticos tesoros. No perdáis de vista tampoco el paseo del Parque, la Alameda ni el Ayuntamiento.
El museo Picasso. Pese a que el museo Picasso de Barcelona cuenta con más obras y una exposición más completa, una visita al museo Picasso de Málaga resulta obligada por ser la ciudad natal del Pablo Picasso. La familia Picasso ha concedido varias obras al museo de Málaga y la visita resulta interesante para entender mejor al artista. Además, como en el caso del de Barcelona, el museo Picasso de Málaga también se encuentra ubicado en un palacio muy singular con un patio interior precioso. Ah! Y no olvidéis visitar el piso subterráneo del museo, donde han encontrado runas romanas 🙂
El museo de Carmen Thyssen. Recién inaugurado hace muy poco (marzo 2011), el museo recoge la colección privada de Carmen Thyssen que, sin duda, es espectacular! Yo soy más de Picasso y arte moderno & contemporáneo, pero quedé alucinada con la cantidad de obras costumbristas y paisajísticas del Thyssen. En el museo hay la posibilidad de alquilar audioguías en las que la misma Carmen Thyssen da la bienvenida al visitante -muy buena iniciativa por su parte.
Si queremos reponer fuerzas, una parada en el Café Central de Málaga es de lo más recomendable. El mítico e histórico Café Central es hoy la unión de varios establecimientos y bares, que todavía hoy guardan su decoración y estética propia. En el Café Central no vale pedir «un café»; los camareros quieren acertar siempre con la cantidad exacta de café, por eso su propietario se inventó un gráfico con las 10 cantidades de café posibles y les puso nombre. Desde entonces, en Málaga hay quiénes piden café nube, café semi-largo o café sombra. Sea cual sea tu medida de café ideal, pásate por el Central! ;D Ale, os he regalado una rima!
La Alcazaba. Sin duda, mi lugar favorito de Málaga. Quizás fuera porque estaba precioso, lleno de flores y de colores por todos lados; o quizás fuera porque nunca antes había estado en Andalucía y la mezcla mojárabe me cautivó; pero el hecho es que quedé fascinada con la Alzacaba de Málaga. Su visita merece la pena, aunque buena parte sea cuesta arriba. Justo al lado de la Alcazaba, se encuentra el Teatro Romano que se puede admirar desde la propia calle.
Mirador del Castillo de Gibralfaro. Para unas buenas vistas de la ciudad de Málaga, lo mejor es subir a lo alto de Gibralfaro, un pelín más arriba de la Alcazaba. Desde el mirador se pueden recorrer las murallas del castillo y la vista es espectacular!
El Jardín Botánico Histórico La Concepción. Yo no soy especialmente fan de las plantas ni animales pero la visita al Jardín Botánico de Málaga me encantó! Es un parque precioso, enorme y lleno de vegetación variada. Lo mejor es que todavía no es muy conocido y está apartado del centro de la ciudad, por lo que se está muy tranquilo y uno se puede relajar del bullicio mediterráneo de la ciudad. A destacar que tienen wi-fi dentro del parque (hay que pedir la clave en recepción); así que con cobertura, internet, temperatura ideal de 20-22 grados y rinconcitos preciosos… Yo ya me iría a vivir allí!
El museo automovilístico de Málaga. Para los amantes de los coches antiguos, para los que sueñan con conducir coches exclusivos y modernos y sobre todo para los apasionados de la historia mundial, pasar un buen rato visitando el museo automovilístico de Málaga merece la pena 🙂 Como ya me pasó en el museo Mercedes Benz de Stuttgart, la visita al museo del Automóvil de Málaga fue de lo más curiosa y educativa. Con la visita guiada pudimos hacer un repaso a la historia a nivel mundial a través de los coches, viendo cómo evolucionaban los vehículos a nivel de diseño, motor, capacidad y tamaño, según las necesidades socio-culturales de cada momento. Además, pudimos ver y montarnos en auténticas joyas como el coche del Presidente Roosvelt, un Rolls Royce hecho con diamantes Svarovsky, el Cadillac mítico de Karate Kid (poner cera, pulir cera) u otros curiosos diseños (a destacar un coche antiguo en el que la suegra iba detrás, en el maletero). Además, el museo cuenta con una colección preciosa de detalles de viaje (maletas antiguas, billetes, ruedas de coche, etc) y de sombreros y vestidos de época. ¡No tiene pérdida!
La Playa y el paseo marítimo Antonio Banderas. Olé! Se nota que Antonio Bandera es malagueño; su huella está por todas partes de la ciudad 🙂 Y, más en concreto, da nombre a un moderno paseo marítimo; muy cerca, por cierto, del museo del Automóvil. El paseo y la playa me recordaron mucho al estilo de paseos de Barcelona y la costa catalana: paseos hechos para que la gente los disfrute paseando, en bici, en patines… Y también que acerquen las personas a su playa, a su mar. Apetecía mucho darse un bañito y pasear al lado del mar. Seguro que los malagueños lo disfrutan mucho cada fin de semana.
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…y próximamente la continuación ESENCIAL de qué hacer en Málaga. Tras visitar, andar, conocer y disfrutar… llega lo importante: COMER! 😀 En mi próximo post os explicaré algunos buenos restaurantes para ir de tapeo y saborear las delicatessen gastronómicas malagueñas. Y voilà! Aquí está el post sobre dónde comer en Málaga.