Hace un par de semanas tuve que pasar un par de días en Oviedo con motivo del foro TurismoAs, sobre turismo y tecnología. En el trabajo me eligieron un vuelo con Ryanair y un tal «hotel Ayre». No tuve ni tiempo de echar una ojeada a lo que me esperaba, así que fui un poco a ciegas, sin grandes expectactivas. ¡Menuda sorpresa me llevé al ver el hotel! ¡El Hotel Ayre está integrado en un edificio de Santiago Calatrava!
Siempre me han impresionado las obras de Calatrava, por su blanco nuclear y por su magnitud. Aluciné al entrar en el hotel y ver que, además, su diseño iba totalmente acorde a la obra arquitectónica. Sofás chaise-longues en los lounges, grandes espacios, diseño minimalista, muebles modernos con líneas vanguardistas y, por supuesto, el blanco como color predominante.
No había estado nunca en un Hotel Ayre y debo reconocer que el Ayre de Oviedo me encantó. Comfort, magnífica atención del personal del hotel, varias posibilidades en el desayuno (opción buffet para los golosos y opción croissant+café para los nerviosos, como yo), buena situación para viajes de negocios y, por supuesto, todos los servicios de un 4 estrellas superior.
El edifcio que ha realizado Calatrava en Oviedo es en realidad el Palacio de Congresos, que se construyó hace apenas un año para albergar eventos y congresos mayores. «El Auditorio Príncipe Felipe ha quedado pequeño ya para muchas celebraciones«, me comentaba el taxista de TaxiOviedo que me llevó desde el aeropuerto.