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Una vez pasadas las Navidades y con la cuesta de enero a nuestra espalda, volvemos a la mítica pregunta que tanto nos gusta a los trotamundos: «¿dónde podríamos ir en el próximo viaje?«. El post de hoy no es para recomendaros un destino concreto sino para hacer un elogio a los viajes en sí mismos. Porque, a menudo, no importa dónde hayamos llegado sino todo lo que hemos vivido hasta llegar allí. Por eso, cada día soy más fan de los road trips.
Un «road trip» es un viaje en coche, por carretera; sólo que en inglés (como es habitual) suena más cool y aventurero. Lo importante de un road trip no es el destino sino todas las etapas que vas haciendo hasta llegar a él. Suele ser un viaje muy personal e íntimo ya que vas a estar muchas horas en el coche con esa persona o ese grupo de amigos. Habrán muchas horas muertas en las que tras cantar canciones, contar matrículas y explicar chistes, tendréis que disfrutar del silencio y del paisaje. Cada hora que pasa es parte de la aventura y la actitud es fundamental: ser paciente, no hacerse demasiadas expectativas y ser flexible con el recorrido, van a ayudar a que el viaje fluya de forma natural.
Para un road trip hace falta poca preparación pero un mínimo de planificación sí que es necesaria sobre todo para calcular los días de recorrido y las etapas esenciales. No se trata de pasarse todo el día conduciendo sino de moverse de un lugar a otro con el objetivo de ir avanzando en una aventura distinta cada día.
Puntos a favor del ROAD TRIP:
- Permite ser flexible con la ruta. Si hace mal tiempo o hay contratiempos, puedes variar un poco el recorrido adapdándolo a lo que convenga más en cada caso.
- Crear la ruta sobre la marcha. Esa flexibilidad permite dejar margen a la improvisación y a poder ir creando el viaje a medida que avanzamos. Si algo nos gusta, podemos decidir pasar más tiempo allí, o podermos quedarnos a dormir en un pueblo en el que justo están de fiesta local. De lo contrario, si algo no nos ha gustado, no hace falta que perdamos más tiempo: carretera y manta y ya dormiremos en otro pueblo.
- Es un viaje totalmente personalizado porque la ruta la eliges tú kilómetro a kilómetro. Tú decides dónde pararte a descansar, a estirar las piernas o a visitar un pueblo encantador. Y en el lugar menos esperado descubres auténticos tesoros. Es difícil que otra persona haga exactamente el mismo viaje que tú por lo que la sensación es la de haber hecho un viaje único.
- Si vas con tu pareja, aprovecha las horas de coche para hablar y conoceros mejor. Estando de vacaciones, el buen humor ayuda a tener conversaciones sobre el futuro o cosas de las que nunca habéis hablado.
- Ver la evolución de un paisaje es algo muy agradable. Los viajes en avión son cómodos pero nos transportan de un lugar a otro completamente distinto sin haber podido apreciar los cambios naturales hasta llegar allí.
Lo que debes tener en cuenta:
- No te hagas grandes expectativas del destino. No es importante llegar a la meta sino el trayecto en sí. Quizás te parezca más bonito un pueblo en medio de la ruta que la ciudad final de destino. Es una cuestión de experiencias.
- A veces el silencio es necesario. Deja que esté. Son muchas horas de conducción y a menudo necesitaréis estar simplemente en silencio, observando el paisaje.
- Evita las grandes carreteras; se trata de un viaje de paisajes y no de ver quien llega antes. Toma las carreteras interiores que pasan por pueblos y paisajes y disfrútalas. No hay prisa.
- Cargad el bolso de CDs y música. En algunas zonas la cobertura de radio puede ser muy mala y la música es esencial en un viaje en coche.
- El coche es un punto fundamental del viaje. Es importante que vayáis cómodos y que controléis a menudo el aire de las ruedas, el aceite, la gasolina y demás temas mecánicos que normalmente no miramos en trayectos cortos. Conocer bien el funcionamiento del coche va a ser esencial; al fin y al cabo, él también forma parte del viaje.
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3 MAGIC ROADTRIPS
Os propongo tres rutas de viajes por carretera imprescindibles para todos los que nos gusta viajar y conocer mundo:
EL VIAJE DE LOS VIAJES: ESTADOS UNIDOS
USA es el país de los road trips por excelencia. Carreteras infinitamente largas, conducción sencillísima y paisajes espectaculares que cambian radicalmente con apenas 3-4 horas de conducción. En Junio 2010 hice realidad el viaje de mi vida: cruzar Estados Unidos de costa a costa, haciendo buena parte del trayecto por carretera. A pesar de que todas las etapas del viaje merecieron la pena, me quedo con las carreteras de Monument Valley: larguísimas y con el mítico «Far West» de fondo. Conducíamos una media de 5 horas diarias y dormíamos en lugares míticos de la georgafía (San Francisco, Sequoia Park, Vegas, Grand Canyon, Aspen) pasando al menos 1 día en cada lugar (a veces, 2 noches) para poder disfrutarlo al máximo. Para haceros una buena idea, podéis ver el video que montamos a la vuelta del viaje; quisimos grabar la esencia del road trip: las carreteras, los paisajes, el feeling de cada lugar…
EL ENCANTO DEL SUR DE ALEMANIA
A pesar de que Alemania es un país fácil de recorrer en tren, merece la pena visitarlo en coche, sobre todo la zona del sur: Baviera y Baden-Würtemberg. Existe la llamada «Ruta Romántica» que atraviesa el land de Baviera por pueblos encantadores a los que solo se accede en coche (o en bici). Al llegar a Munich, podéis seguir bajando hacia Austria: en la frontera se encuentran Füssen y el famoso castillo de Neuschwanstein.
Algo muy apetecible llegados a este punto es cruzar a Austria y hacer una mini-ruta por los Alpes y visitar Innsbrück. Sino, la ruta podría continuar hacia otros lugares emblemáticos del sur de Alemania: el lago Bodensee, Stuttgart, la Selva Negra, el Castillo de Hohenzollern, Tübingen o Freiburg. En la llamada Selva Negra (no por ser una selva tropical sino por sus frondosos bosques) hay mil y un pueblos preciosos y tranquilos en los que disfrutar de una tarta alemana, hacer una ruta corta en bici o una excursión a pie.
Alojarse en esa zona es sencillo pues hay campings, B&B y hoteles para todos los presupuestos. En Alemania, la conducción es muy segura. Pese a que no hay límite de velocidad en las autopistas, la gente conduce de una forma segura y civilizada (no como en otros países) y no resulta estresante. Eso sí, tened en cuenta que puede llover a menudo así que no olvidéis el paraguas (o el chubasquero) y armaros de paciencia climatológica.
EN BUSCA DE LOS MEJORES ATARDECERES EN LAS COSTAS
Lo bueno de vivir en una península es que podemos disfrutar de los mejores atardeceres, junto al mar. Si no queréis iros muy lejos pero disponéis de al menos 4-5 días, una ruta por el Norte de España o por la Costa Mediterrána puede ser de lo más encantador y original. Elegid una dirección y empezad una escapada de carretera y manta, a vuestro ritmo, disfrutando del camino y del encanto de cada pueblo: la Costa Brava, las Rías Baixas, la Costa de la Luz o el Cabo de Gata.