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Fin de semana en L’Escala

En L’Escala sopla la tramontana que da gusto. Ya lo decían los Sopa de Cabra: en la Costa Brava están locos, «tocados por la tramontana». Tanto, que comen siempre anchoas y salen a pescar. Los griegos ya sabían lo a gusto que se estaba en La Escala y amarraron sus barcas cerquita cuando llegaron por primera vez a la Península Ibérica.

Cuando estudiaba en la universidad, mi amiga Míriam siempre que tenía un fin de semana libre, aprovechaba para volver a casa, a su añorada Escala. ¿Y qué tendrá este pueblo de pescadores catalán que deja a todos tan enganchados?

Tiene buenos restaurantes de marisco, también bares caseros de los de toda la vida; tiene sol, calas preciosas, pinos bajo los que tumbarse a echar una siesta, un paseo marítimo en el que pasear, y también rincones tranquilos como Sant Martí d’Empúries.

¿Y por qué no comprobarlo nosotros mismos escapándonos un fin de semana al corazón de la Costa Brava? Estuvimos en abril, en un fin de semana en el que llovío, salió el sol y, por supuesto, sopló la tramontana. Y volvimos absolutamente locos por L’Escala.

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Dónde comer en L’escala

Mejor que cualquier guía de viajes, Míriam fue mi fuente de inspiración local para encontrar un buen restaurante en L’Escala. Éstas fueron sus recomendaciones:


Mostrar restaurantes L’Escala Costa Brava en un mapa más grande

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Dónde dormir en L’Escala

Nos alojamos en el Hostal Spa Empúries, un hotel exquisito y un acierto total para un fin de semana romántico y tranquilo. Buena parte del hotel está recién renovado (reservad las habitaciones llamadas «Spa», son una auténtica pasada) y está situado en la pequeña cala de El Portitxol, a medio camino entre L’Escala y Sant Martí. Un precioso paseo peatonal conecta estas dos poblaciones y pasa justo por delante del hotel, que da al mar.

Éstas son las vistas desde los comedores y terraza del hotel. Desayunar, comer o cenar con este paisaje consigue que el estrés se vaya al momento. Pero si la cosa persiste, siempre podéis pasar un muy buen rato en su spa: piscinas para nadar, burbujas, duchas y mil y un tratamientos que os dejarán como nuevos. Nosotros salimos como nuevos después del tratamiento «Inspiración de temporada».

El ambiente del hotel es muy tranquilo y acogedor. Me gustó que hubieran muchos espacios libres: biblioteca con sofás, chimenea para el invierno, terraza mirando al mar, un jardín bien cuidado, una gran recepción con puffs para sentarse, espacios con grandes ventanales…

 

Podéis leer más sobre el Hostal Empúries en este otro artículo que escribí tras nuestra visita al hotel.

 

 

Qué hacer en L’Escala

Un paseo por L’Escala es casi obligado aunque lo mejor está en las afueras. Tanto si sois fans del senderismo como si preferís tumbaros en la playa o nadar, hay un plan para vosotros. ¡Aquí van algunas sugerencias!

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