Tras un largo y duro día de turismo en Sydney, llega el gran momento de volver a nuestro hotel. Para ese entonces nos conformaremos con cualquier cama cómoda donde dejarnos caer, pero si hemos elegido bien, por la mañana nos despertaremos con vistas a la Opera House y un sol brillante. Ducha fría para despertarnos, un buen desayuno y CHAS! ya estamos listos para un otro buen día de turismo en Sydney.
SHANGRI-LA SYDNEY
Si sois asiduos a los buenos hoteles, ya conocéis la cadena oriental Shangri-La, una cadena enfocada a hoteles de lujo. Sin embargo, ésta era nuestra primera vez en un Shangri-La y lo primero que nos sorprendió fue que, a pesar de que la decoración y el personal del hotel es de origen oriental, muchos de los turistas que se alojaban eran americanos, canadienses y europeos. Familias, parejas jóvenes y algún viajero solo con traje y maletín.
Shangri-La Sydney (176 Cumberland Street, The Rocks, Sydney) es uno de esos hoteles en los que pagas por un buen servicio que luego disfrutas al 100%. Me refiero a mil y un amenities en el cuarto de baño (dan ganas de meterlo todo en el neceser por si no tenemos tiempo de ponernos tantas cremas!), wi-fi gratuito de buena calidad en las habitaciones (estuve hace unos meses en un Hilton en el que el wifi se pagaba a 10 eur por día. WTF!) y piscina climatizada para todos los clientes (no os olvidéis el bañador!). Además de un spa y un completísimo buffet desayuno con deliciosas opciones que pasan por todos los continentes e incluyen una chef que cocina tortillas y huevos benedict delante del cliente (sí, mejor que cenéis ligero el día antes). Con sólo llegar ya vimos que un día no era suficiente para disfrutar de todo lo que tiene por ofrecer el Shangri-La Sydney.
El hotel está muy céntrico y es fácil de situar para viajeros que se orientan poco, como yo: desde cualquier punto del puerto de Sydney veréis el hotel! Tiene su lugar en el skyline de Sydney gracias a un total de 36 pisos llenos de habitaciones con vistas, como las Premier Grand Harbour, en las que tuvimos la suerte de alojarnos nosotros. Espacio, comodidad y unas ENORMES (sí, en mayúsculas) ventanas panorámicas para no perder detalle del Puerto. Con una habitación así daba cosa pasarse el día paseando fuera.
Si no quedan habitaciones libres con vistas, no os preocupéis: siempre podéis pasar la tarde entera en el Blu Bar on 36 tomando un refresco o uno de sus coloridos cocktails. Si sois buenos fans del gourmet, aseguraros de reservar mesa en su flamante restaurante Altitude … en el que hay hasta lista de espera. Ambos, bar y restaurante, están abiertos al público y ofrecen un fabuloso 2×1: exquisita comida e inmejorables vistas!
Lo peor: Como viajeros independientes nos cuesta mucho dejar que un botones nos organice nuestras maletas. Por eso, siempre lo pasamos fatal cuando en la entrada y salida, los botones vienen a por ti y tus maletas. ¡Si tenéis algún truco, contádnoslo!
Nuestra recomendación: Aunque no te alojes en este hotel, sube a tomar algo una tarde/noche en su Blu Bar (de 17h a medianoche). ¡Alucinarás!
YHA SYDNEY CENTRAL
Para nuestra segunda noche bajamos del piso 36 de un hotel de lujo al tercer piso del albergue YHA Sydney Central (11 Rawson Pl, Sydney) Con solo llegar al albergue (por la tarde), decidimos darnos un chapuzón para ver si conseguíamos ver el lado positivo de nuestro «bajón». Y lo cierto es que estar solos en la piscina nos ayudó a reflexionar y a ver que no estábamos tan mal! Al fin y al cabo teníamos una habitación doble privada con baño, limpia, cómoda y una espectacular terraza con piscina digna de un hotel de boutique.
El YHA Sydney Central forma parte de la red de albergues nacionales de Australia (YHA) y con sólo un par de horas en él me di cuenta que el nivel de los albergues en Australia es mucho mayor que en Europa. ¡Estos australianos sí que saben de albergues y hostales! Salas comunes enormes y muy acogedoras en las que realmente apetece salir a socializarse. Parecía que estábamos de nuevo en un campamento de verano, eso sí rodeados de viajeros de todo el mundo y todas las edades: familias con niños, grupos de estudiantes, mochileros que iban con lo puesto y poco más, y parejas de jóvenes como nosotros que buscaban un lugar económico donde pasar la noche y poder estar a su aire. Y eso es precisamente lo que más me gusta de estos sitios: que puedas cocinar, lavar tu ropa, trabajar o descansar en el salón leyendo un libro. Como si estuvieras en casa, pero en una casa enorme con gente de todo el mundo, claro!
El YHA Sydney Central está situado en la estación de tren central (de aquí su nombre). Muy práctico si tenéis que coger el tren/metro a menudo o si queréis estar más cercanos al aeropuerto o estación porque disponéis de poco tiempo. En este albergue no estáis tan cerca del Puerto o la Ópera pero sí de barrios de moda donde hay movimiento de diseñadores, estudiantes y ambiente joven. No os perdáis Surry Hills.
El wifi es de pago pero funciona muy bien (5 AUD / 24h, son unos 3 euros). Las habitaciones privadas se cierran con llave, pero si os alojáis en un dormitorio y queréis dejar vuestras cosas guardadas bajo llave (o hacéis el check-out y necesitáis dejarlo en el albergue unas cuantas horas) tienen servicio de Lockers. No son económicos si lo tenéis que dejar todo el día (entre 4 y 6 dólares cada 4 horas) pero van bien para tener tus cosas controladas –e incluso puedes dejar el móvil u ordenador cargando dentro.
Lo peor: El check-in es a partir de las 13h y suelen formarse largas colas. Fue un poco caótico así que si tenéis pensado llegar por la mañana tomároslo con calma. Quizás sea mejor llegar más tarde.
YHA SYDNEY HARBOUR
Para la tercera noche volvimos al puerto y quedamos enamorados del YHA Sydney Harbour The Rocks (110 Cumberland Street, Sydney): un albergue como el anterior pero completamente nuevo y moderno, con un diseño minimalista y mucha luz. Incluso la decoración de la habitación doble es fashion. ¡Como un «albergue boutique» diría yo!
Este albergue está situado en la misma calle del Shangri-La y también ofrece vistas a la Ópera desde algunas de sus habitaciones (aunque no es comparable con los grandes ventanales del hotel oriental) y, sobre todo, desde su más que espectacular terraza en la última planta. No es un edificio muy alto pero su situación sobre una pequeña colina hace que las vistas sean increíbles. Tumbonas, mesas grandes y plantas convierten ese lugar en agradable y acogedor. ¡No me extraña que la terraza esté completa ya para New Year’s Eve!
El YHA Sydney Harbour es una opción chic, cómoda y económica para viajeros independientes. Un hostal cool; lo dice también su apabullante nota de 94% en las reviews de otros clientes. Como en otros YHA, aquí podrás cocinar, trabajar, leer un libro en el salón o lavar la ropa; todo a tu aire. Si viajas solo, echa un vistazo a las múltiples actividades que organizan (también en el Sydney Central) para explorar la ciudad.
Como en otros YHA, el wifi es de pago (5 AUD por 24h) y hay lockers con cargadores a disposición de los clientes. Además, ofrecen un buen desayuno con tres opciones a elegir para los perezosos como nosotros.
El YHA Sydney Harbour fue nuestra confirmación de que los albergues australianos son una opción muy práctica y cómoda.
Lo peor: Tener que subir las maletas hasta lo alto de la cuesta. Hay algunos escalones por el camino entre Circular Quay (parada del puerto) y el hostal. Pero tranquilos, que una vez arriba se os pasa! 😉
Te felicito Roser solo se vive una vez me encanta tu testimonio. Mi nombre es Nelson Pilatasig Toapanta de mi bello pais Ecuador la capital es Quito una magica ciudad es la mas visitada en Sudamerica. En estos momentos ayudo en Labor Social con los mas necesitados es una actividad preciosisima, fantastica que me llena el alma y el espiritu.
Pero me he quedado fascinado con tus vivencias, que seria maravilloso plasmarlo con un viaje a esa tierra linda como es Sidney, Australia pais de lindos contrastes.