El miércoles saldremos del país que los maoríes llamaron «Gran Nube Blanca» y volaremos a Tailandia. Nos esperan otras 20 y pico horas de viaje con varias escalas (Sydney, Bangkok) hasta llegar a la isla de Koh Samui, donde tenemos el próximo intercambio de casa. No estamos mentalmente preparados para irnos de Nueva Zelanda. Este mes nos ha sentado genial y hemos estado realmente muy a gusto – tanto como para imaginarnos cómo sería nuestra vida aquí, en cuál de las casas del barrio viviríamos, a qué vecinos invitaríamos a cenar y a qué otros intentaríamos evitar cruzarnos, qué haríamos los fines de semana y qué plantaríamos en el jardín de casa.
Si algún día tenéis ocasión de visitar Nueva Zelanda, no lo dudéis ni un solo segundo. Está lejos y el cambio horario es tremendo para continuar tu vida social-digital europea pero … ¡Se vive taaaan bien!
Arnau y yo al final de cada viaje hacemos un balance de qué es lo que más nos ha gustado y lo que no. Hoy, el de Nueva Zelanda, tenemos ganas de compartirlo con vosotros.
¿Isla norte o isla sur?
Esta es la gran pregunta de Nueva Zelanda. «El quid de la cuestión kiwi». Conocimos un chico belga que está trabajando-viajando tres meses por aquí y éso fue lo primero que nos preguntó al saber que habíamos estado por las dos islas. Y luego, nos preguntó nuestros nombres.
No sabemos decidirnos por el norte o el sur. El roadtrip por la isla sur fue espectacular: Wanaka, las montañas nevadas con los lagos, las cascadas, las ballenas!! Pero la parte central de la isla norte (Hobbiton, Rotorua, Waitomo…) es de «desencaje de mandíbula». Los delfines, las playas cerca de casa, el buen tiempo que nos ha hecho aquí arriba y, sobre todo, lo ha gusto que hemos estado en nuestra casa de intercambio, también han ayudado a que estemos adorando la isla norte.
¿Nueva Zelanda o Australia?
Esta es la otra gran cuestión. Nos la han hecho ya 3 veces estando por aquí. Los kiwis son muy orgullosos y su rivalidad con Australia es máxima (en deportes, en turismo, etc). Por eso, esperan que Nueva Zelanda te haya gustado mucho más que Australia. Y si no es así, te miran con cara rara y te hacen la haka (no, es broma! -supongo).
Tenemos que confesar que nos ha gustado más Nueva Zelanda. (Que no nos oigan los australianos!). Australia es un país muy emblemático y a mí me ha encatando explorarlo (y no será la útima vez que vayamos, porque nos queda mucho por ver!); ver koalas, dar de comer a los canguros, la Ópera de Sydney, LA GRAN barrera de Coral… Sin duda, en Australia se han cumplido muchos sueños y hemos podido realizar hitos importantes que todo viajero tiene en su lista.
PERO… Pero es que en Nueva Zelanda ha salido todo fabulosamente bien. A falta de un par de días más de estancia, hemos estado genial y el país ha sido sorprendente. No teníamos expectactivas ni sabíamos lo que nos íbamos a encontrar. Y nos ha dejado fascinados. Vivir en un pueblo tranquilo, en primavera-verano, con una preciosa casa con jardín seguro que ha ayudado. Quizás en invierno todo sería distinto.
Aunque, hay que decir a favor de Australia que nos han caído mejor los australianos que los kiwis. En ambos países hemos encontrado gente super amable (empezando por las encantadoras parejas con la que hemos hecho el intercambio en Melbourne y Warkworth) pero los kiwis nos han sorprendido por ser muuuy relajados – tanto que no sabes si están pasando de ti o qué les pasa 🙂 ¿Quizás los australianos son más despiertos, más inquietos, como nosotros?
¿Cuántos días son necesarios para visitar Nueva Zelanda?
Pues realmente depende del ritmo que queráis llevar, de si estáis trabajando y viajando a la vez o solo de vacaciones y de si os gusta hacer excursiones.
Manel Rodriguez me preguntaba en Facebook si disponiendo solo de 10 días tendría tiempo de sobra en visitar gran parte de Nueva Zelanda. Con 10 días tienes que elegir: o ves la isla sur o te quedas en el norte, sobre todo en la parte central (y quizás algo del norte?). Nueva Zelanda es un país de paisajes y la gracia es viajar por carretera así que contando las distancias (más largas de lo que parece en Google Maps), necesitas muchas horas de carretera para ir de un lado a otro. Si tienes 10 días, recomendamos uno de estos planes:
– Plan 1. 10 días Isla Norte. Rorotua, Hobbiton, Taupo (Tongariro?), Waitomo, península de Coromandel y Auckland y Norhland / Bay of Islands.
– Plan 2. 10 días Isla Sur. Queenstown, Wanaka, Hasst, Costa oeste, Arthur’s Pas, Christchurch, Kaikoura y ferry a Wellington. O bien dar la vuelta completa con un círculo y bajar por Dunedin.
Y Paino, en Facebook también, comentó que tienen un mes para ver las dos islas y han alquilado una furgoneta. Planning 20 dias en la isla sur y 10 en la norte. ¿Alguna recomendacion? Clima?
El clima ahora mismo en la isla norte es muy bueno. En el sur ya no encontraréis nieve pero puede refrescar, sobre todo cerca de las montañas. Llevaros un polar por si las moscas (nosotros tuvimos que comprarnos guantes, gorro y polar!). En el norte ahora mismo luce un sol espectacular: manga corta y crema solar. El sol no pica tanto como en Australia. Sin duda, primavera es una gran época para recorrer las islas. Eso sí, llevaros un buen chubasquero porque cuando llueve, lo hace con ganas! (no estaría todo tan verde, sino!).
En cuanto al planning, con 20 días islas sur tenéis de sobras para verlo con mucha calma y hacer muchas excursiones. Seguro que con la furgoneta podréis disfrutar de los parajes naturales que en hay en West Coast. Y seguro que podréis ir tranquilamente a Milford Sound a vuestro aire. 10 días en el norte también está bien. Suficiente para poder conocer bien la parte central de la isla. Recomendaciones, todas las que compartimos en este blog 🙂
Algo que nos dejase boquiabiertos? Algún mal recuerdo en particular?
Éso es lo que nos preguntó Victor de «El Mundo en Mi Furgo» en instagram. Han habido muchísimas cosas (sobre todo paisajes) que nos han dejado boquiabiertos durante el viaje. Prácticamente, al ritmo de una cosa cada día. Creo que nos quedamos con el vuelo en helicóptero en Queenstown, pero incluso conduciendo por carretera teníamos que parar el coche a veces para dejar caer nuestras mandíbulas al suelo con las motañas, lagos azules o montes verdes dignos de la Tierra Media.
Malos recuerdos, muy pocos. Como mucho, podríamos decir el viaje en barco para ver ballenas. La experiencia fue alucinante pero había tan mala mar que pasamos un poco de miedo, además de un buen mareo. ¡Menos mal que vimos una ballena!
Nos vamos con buen sabor de boca, pero nos han faltado cosas
Nos vamos super contentos pero sabemos que podríamos haber hecho más escapadas. Nos ha quedado en el listado Coromandel y Wellington, entre muchas otras cosas. Pero hemos disfrutado de estar tranquilos en casa, haciendo escapadas más locales cerca del pueblo y tomándonos el viaje con mucha más calma. Slow travel total. Disfrutando de comer en casa y haciendo siestas cada tarde, mientras el resto del mundo también duerme. Sabemos que si algún día volvemos nos quedarán cosas por visitar.
¿Lo que más nos ha gustado?
La cantidad de paisajes que hay y lo espectaculares que son. Llegamos a Queenstown hace un mes y quedamos totalmente enoamorados de los lagos del sur con las montañas alpinas. Allí íbamos con polar, guantes y gorro. Kaikoura con sus paiajes y ballenas también fue espectacular. En el norte, vamos en manga corta, gorra y gafas de sol. Aquí hay volcanes, géisers y aguas de colores por los minerales. Más allá, está la Tierra Media, como en las películas de Peter Jackson: montes verdes infinitos. ¡Y la costa de Matakana! Tan sencilla y natural a la vez. Con viñedos, playas de arena fina, agua turquesa y un sinfín de islas montañosas. Nueva Zelanda en puro paisaje. Para no aburrirse.
¿Lo que menos?
No hay nada que cambiaríamos ahora de nuestro viaje, pero quizás sí hubo algún punto más decepcionante que otros – Las expectativas siempre son malas.
Nos vienen a la cabeza dos momentos «decepcionantes»: Arthur’s Pass y Milford Sound. En Arthur’s Pass esperábamos más montañas alpinas y más paisajes espectaculares. Nos quedamos dos noches para poder ir con calma pero lo podríamos haber hecho en una – o incluso seguir conduciendo hacia Christchurch. Milford Sound fue un viaje demasiado largo (5 horas de ida y 5 de vuelta) para ver fiordos. Los mismos fiordos que ya habíamos visto una vez en Noruega.
¿Si pudiéramos quedarnos a vivir en cualquiera de los lugares que hemos visitado: cuál elegiríamos?
¡En Hobbiton, por supuesto!
Pero como no nos dejarían, posiblemente elegiríamos el norte de Auckland, donde estamos ahora. Por «norte de Auckland» entendemos Warkworth y la costa de Matakana. Aquí se está tranquilo, hay buen clima y poca probabilidad de terremotos.
En Rotorua siempre huele a huevo podrido por la acción de los gases de la tierra y se te acaba metiendo en la cabeza… Y la isla sur está realmente muy desolada, un lugar ideal para mentes solitarias.
Aquí, puedes estar cerca de ciudades pero estar tranquilo en tu casa con jardín. Es el claro ejemplo del «sueño americano» con lo mejor de las culturas europeas y maoríes. Tomar el té o el café en la terraza de casa tomando el sol ha sido uno de los grandes placeres de este mes en Nueva Zelanda. Nos hemos vuelto un poco más british, seguro.
Y cuando quisiéramos volver a dejar caer nuestras mandíbulas al suelo, cogeríamos un avión y nos iríamos a Queenstown y Wanaka. Allí tendríamos nuestra segunda residencia en un mundo ideal e improbable.
¿Intercambio de casas o autocaravana?
¿Se vive tan bien como parece? ¿Estáis tan felices como en las fotos?
Algunos nos habéis preguntado esto últimamente… ¡Y la respuesta es sí, se vive tan bien como parece! Obviamente elegimos las mejores fotos 😉 pero no resulta difícil sonreir a la cámara en un país como éste. Aquí no hay crisis, puedes irte de casa con las ventanas abiertas y cuando enciendes la televisión no hay noticias deprimentes todo el día. Por poco que tengas, vives muy bien: con una casa, mucho terreno para tener tu jardín y aparcar uno e incluso dos coches, como la mayoría de nuestro vecinos (incluídos nuestros partners de intercambio, que nos han dejado su pequeño Hyunday para movernos por aquí). Aquí la única preocupación ha sido ir a comprar antes de que cerraran a las seis de la tarde e intentar no encontrarnos a nuestra vecina cotilla, quien por cierto nos invitó a cenar a su casa y nos hizo unas deliciosas costillas al horno.
¿Queréis preguntarnos algo más?
Dejadnos la pregunta en los comentarios!
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