Tras casi cuatro meses de viaje encontrando sólo gente amable y hospitalaria por el camino, tuvimos un exceso de confianza al llegar a Bangkok y no nos dimos cuenta de que estábamos en una de las ciudades más grandes y caóticas del mundo. Se nos olvidó pensar como la gente local y nos dejamos llevar por el feeling de guiris occidentales. Nuestra primera noche en Bangkok no fue lo que esperábamos pero en este país budista dicen: «si eres bueno, te irá bien; si eres malo, te irá mal». Fácil y concreto. Esperemos que tras tantos templos budistas visitados, alguien (allí arriba o donde sea) haya visto lo ocurrido en la calle y les dé una lección.
Esa noche habíamos quedado con Barbara Weibel de The Hole in the Donut, una gran viajera americana. Cenamos en un restaurante local de Silom y al desperdirnos convencí a Arnau para coger un tuktuk en lugar de ir en metro (primer error de la noche). No había tráfico y sería una forma cómoda de llegar al hotel. A los diez minutos de tuktuk, dos motoristas aparecieron de la nada y se llevaron la mochila que tenía sobre mis rodillas. Era una mochila de ésas que tienen una cremallera de seguridad, pero de nada sirve cuando se la llevan entera. Habitualmente separamos las cosas pero esa noche lo llevábamos todo junto (segundo error de la noche): cámara de fotos (nuestra querida Olympus Tough TG1 con la que hemos hecho la mayoría de las fotos en este viaje), los dos smartphones (los dos!), los monederos con tarjetas de crédito, débito, bastante dinero en efectivo (demasiado; tercer error de la noche) y carnets de conducir/DNI y las gafas de sol. Y un puñado de tickets de restaurantes y demás. Y kleenex, por supuesto.
Lo que tenía que ser un viaje rápido y cómodo en tuktuk para ver Bangkok de noche acabó siendo una auténtica odisea para ir de comisaría en comisaría. Eso sí, ya nadie nos podrá negar que no hayamos recorrido Bangkok en tuktuk! (Podéis ver cómo son 14 segundos en un tuktuk, en este video que grabamos en Chiang Mai).
Afortunadamente para nostros, teníamos los pasaportes en el hotel y también una tarjeta de débito que ni recordábamos tener (menos mal! el plan B funcionó!). Tampoco hemos perdido las fotos del viaje ya que las hemos ido guardando en un disco duro aparte. Anulamos las tarjetas, llamamos a las compañías de teléfono y nos pusimos en contacto con el seguro de viaje. Tras la impotencia y la rabia inicial, nos alegramos de estar bien y de tener un comodín con el que sobrevivir estos últimos días de viaje.
Tailandia es uno de los países más seguros del mundo. Aquí apenas existe el peligro, si no fuera por la cantidad de animales venenosos que hay. El 95% de la población es budista y realiza buenas acciones acorde con su religión. Pero esa noche nos cruzamos con dos del 5% restante que vieron en ese tuktuk un cajero automático perfecto al que ir a sacar dinero.
Por suerte, nuestro conductor de tuktuk, Tao, sí que era uno de los del 95%. Un chico muy joven que nos acompañó toda la noche de comisaria en comisaria para poner la denuncia. Habló con los policías, nos ayudó con la declaración y nos llevó de vuelta al hotel, dos horas y media más tarde de lo ocurrido, sin ni siquiera esperar nada a cambio. Nos ayudó gratis, sabiendo que nos habían robado todo el dinero. Por eso, al llegar al hotel sacamos efectivo de la tarjeta comodín y le dimos una buena «propina occidental» para agradecerle todas sus buenas acciones (para él, el proverbio budista sí que funcionó al menos). Sin duda, sin él hubiera sido todo muchísimo más complicado de lo que ya era haberlo perdido todo.
Consejos para evitar que te roben en un viaje
Solo con cautela y sentido común podrás evitar un robo, pero a veces lo imprevisible ocurre cuando menos te lo esperas. Por eso, lo que sí puedes hacer es tener un plan B preparado para que cuando ésto ocurra estando de viaje sea lo menos traumático posible:
- Ten una tarjeta de débito o crédito escondida en la maleta del hotel. Que sea una tarjeta sólo para emergencias. No la cojas nunca a menos que sea un caso extremos y devuélvela a la maleta luego. Asegúrate de que puedas sacar dinero con ella.
- Deja los pasaportes en el hotel, no los cargues contigo. Puedes ir documentado con el carnet de conducir o con el de identidad. Pero es crucial no perder el pasaporte para evitar tener que pasar por la embajada.
- Declara el robo a la policía y pide que te den una copia de la declaración firmada con el sello policial. La necesitarás para la documentación y para el seguro.
- Un buen seguro de viaje cubrirá algunos de los objetos que te hayan robado. Como siempre, hay trámites y más trámites. Veremos qué nos devuelven a nosotros…
- No dejes que tus fotos estén solo en tu cámara. Cópialas a menudo en un disco duro externo, pásalas al ordenador o súbelas a internet.
- Intenta separar tus cosas para que si te roban no te lo quiten todo de golpe. Puedes llevar algo en un bolsillo escondido o separar el dinero entre dos mochilas.
- Pon una clave de seguridad en tu móvil para acceder a los datos. Es un poco rollo cuando tienes que ir haciéndolo tú cada dos por tres pero te alegras de tenerlo activado cuando te quitan el móvil de las manos. Así, como mínimo no podrán acceder a los datos! Igualmente, es buena idea cambiar las contraseñas de tus apps por si acaso descubrieran cuál es tu clave. Y también puedes entrar en tus sesiones de redes sociales y desactivar / desconectar tus sesiones móviles para que se borren las contraseñas guardadas.
- Tener activada la función de bloqueo de tu móvil es una buena idea (para Android: «android device manager»). Sirve para conectarte a tu móvil desde cualquier ordenador con internet y poder: cambiar la contraseña, bloquearlo, hacerle un reset total e incluso encontrarlo por GPS. Lamentablemente ésto para viajes en el extranjero no sirve mucho todavía ya que el móvil tiene que estar conectado a internet para hacer todo esto y evidentemente el nuestro no lo estaba en el momento del robo. Pero sí puedes dejar el GPS conectado permanentemente y al menos poderlo localizar y darle las indicaciones a la policía.
En Bangkok, en Barcelona o en Nueva York. Estas cosas pasan en todas las ciudades y por estadística, nosotros no íbamos a ser una excepción. Así que no dudéis en viajar a Tailandia pero nunca bajéis la guardia. Ni siquiera cuando queden sólo tres días para volver a casa. Estéis donde estéis, ¡tened cuidado con el bolso!