Et voilà ! Ya han paado siete días desde que Claire y Greg llegaron a Barcelona y este mediodía tomaban el avión de vuelta a París. Qué ciudades tan diferentes y cuantas cosas en común tienen, verdad?
Dentro de cinco días hará un año que volvimos de París. Qué rápido va todo. Y qué bien volver a ver a Claire y recibir saludos de todos los que durante seis meses fueron mis compañeros de trabajo, mis profesores de francés, mis guías de París y unas de las personas con las que más horas al día compartía. Me fui de allí sabiendo que los volvería a ver, pero desconocía que sería tan pronto 🙂 Claire et son copain Greg me dieron una buena sorpresa al decirme que vendrían unos días a Barcelona ^.^
Ça fait plaisir de revoir Barcelone avec des yeux de touriste (ou demie-touriste). Cada visita que viene a Barcelona nos hace descubrir una nueva cara de la ciudad. A veces pienso que son los turistas los que me muestran Barcelona tal y como es, con sus mejores vestidos de fachadas modernistas y sus terrazas mediterráneas. Me alucina ver cómo disfrutan las cosas que tan comunes nos parecen a los barceloneses. Supongo que por unos momentos consigo verlo con sus propios ojos y entonces tengo ese feeling especial que devuelve una sonrisa y un «Waaaau» !
Al final no nos quedó claro si Barcelona es más bonita que París, pero sí nos dimos cuenta de que Barcelona tiene algo especial que provoca TACS ^.^