Durante nuestras tres semanas en Tailandia, nos apuntamos a dos experiencias gastronómicas: un curso de cocina en Koh Samui y un tour gastronómico en Bangkok. Y qué puedo deciros… Las experiencias gastronómicas son una buena manera de descubrir un destino porque, además de comer en un restaurante «distinto», aprendes sobre la cultura y vida local de ese lugar.
1. Curso de cocina en Ko Samui: SITCA
Si hay un sitio culinariamente mítico en Koh Samui es el SITCA: Samui Institute of Thai Culinary Arts. El nombre impone y hace justicia a la profesionalidad de sus cursos de cocina para turistas internacionales. Sus cursos duran 3 horas y en ellos aprendes sobre los ingredientes thai, cocinas tres platos típicos y te los comes luego. Todo ello con un equipo de «duendes» con delantal que vienen sigilosamente por detrás y van ayudándote a cortar bien los ingredientes, bajar o subir el fuego del wok y asegurarse de que vas por el buen camino. Y quizás ése sea el secreto del SITCA; durante tres horas te conviertes en un auténtico chef thai al que los platos le salen maravillosamente bien. Lástima que en casa no tenemos a esos duendes (ni esos ingredientes) y ya ni recordamos el orden de los alimentos.
La clase se desarrolla en una gran mesa con una cocina llena de woks al lado. Los menús van cambiando cada día (mañana y tarde). En nuestro grupo éramos unos 14 «pupilos» mayoritariamente de países anglosajones ya que el curso se desarrolla en inglés. Americanos, ingleses, suizos, alemanes, australianos (en Asia, SIEMPRE hay australianos por todas partes) y también una pareja de Hong Kong.
Lo que aprendimos en esa clase:
- A cocinar el mejor pad thai que nos hemos comido en Tailandia (claro, estaba hecho justo a nuestro gusto).
- A no tener vergüenza y pedir un tupper con la comida que nos sobraba para llevar. Los tres platos son realmente demasiada comida, así que no tengáis reparo en pedir que os empaqueten el resto para llevar a casa. Al día siguiente sigue estando delicioso.
- A que el nivel de picante en la comida thai se mide en chilis. Los turistas podemos aguantar de 1 a 3, pero los thai empiezan a contar a partir del cuarto (lo anterior a cuatro chilis sólo les hace cosquillas).
- Que los chilis rojos pican mucho más que los chilis verdes.
Más info
El precio de este curso es totalmente «turista»: 2.250 bahts por persona (50€, una auténtica fortuna en Tailandia), pero los pagaríamos de nuevo sin dudarlo. Fue una de las experiencias que nos gustaron más de Samui. Podéis reservar online.
2. Bangkok Food Tour, el sabor de Bangkok
La web Bangkok Food Tours organiza visitas guiadas por Bangkok desde el punto de vista gastronómico. ¡Aquí no se cocina, sino que se pasa directamente a comer! Tours de día y de noche para conocer el sabor de Bangkok. Son visitas para turistas, pero realizadas por guías locales que, además de llevarte a bares y locales auténticos a los que quizás no entrarías solo, te enseñan mucho más de la cultura del destino que lo que te pueda contar una guía de viaje. Nuestras guías eran dos chicas modernas y con un inglés excelente cuya misión fue demostrarnos que en Bangkok hay mucho más que Pad Thai y arroz frito.
Nuestra primera idea fue realizar el tour de medianoche en Tuktuk, pero tras la mala experiencia del primer día, optamos por algo más tranquilo: un tour de mañana por Bangrak, el barrio histórico de Bangkok, que tiene una buena mezcla de residentes inmigrantes con orígenes diversos: musulmanes, chinos, vietanmitas, hindúes… La visita se realiza andando, de forma muy pausada, con cinco paradas en locales del barrio para degustar platos típicos. Buena parte del éxito del tour es que hay tiempo suficiente para hablar con el resto del grupo y conocer a gente de distintos orígenes con un interés común: probar platos nuevos. En nuestro grupo éramos 8 personas: australianos (¡cómo no!), americanos, canadienses, alemanes e indonesios. Cada nuevo restaurante/bar representa una nueva oportunidad para sentarse al lado de otra persona y probar un nuevo sabor.
Cuando lo piensas, comerse un platito de conejo asado resulta un tanto extraño a las 10 de la mañana de un miércoles. Pero lo cierto es que ese primer plato entró tan bien que le siguieron otros diez, o doce o quince de una forma muy fácil durante las siguientes horas. No hace falta comérselo todo, se trata de probar diferentes platos locales: curry verde, un bollo con cerdo a la barbacoa, té thai refrescante, granizado de coco, ensalada de mango… O incluso una tapa de cerebro para los más valientes. Curiosamente, ése fue uno de los platos preferidos por buena parte del grupo (bueno, los que lo probaron).
Lo que aprendimos en ese tour:
- Que, efectivamente, en Bangkok la gente local no come Pad Thai todo el día. De hecho, creo que en ninguno de los sitios a los que fuimos había pad thai…- A pronunciar correctamente algunas palabras en Thai. Tras tres semanas en Tailandia, nadie antes nos había dicho la diferencia entre el Gracias dicho por una chica o por un chico.
- Que el granizado de coco está delicioso, aunque a Arnau le gustó más la tapa de cerebro.
- Que las visitas gastronómicas no son para los frikis de la cocina solamente; también lo son para los que tenemos ganas de descurbrir un lugar de una forma más local, original y gustosa.
- Que tras un tour gastronómico de mañana no hace falta pensar dónde vas a comer ese mediodía.
Más info
Podéis consultar todos los tours disponibles en la web de Bangkok Food Tours y realizar la reserva online. El precio de cada tour varía un poco pero para que os hagáis una idea, el que hicimos nosotros de Bangrak cuesta 1.050 bahts (30€). Durante nuestra experiencia nos enteramos que también realizan un tour gastronómico por los mercados flotantes; no estábamos a tiempo pero creo que también es una idea excelente a tener en cuenta.